La agricultura se hace fuerte en la crisis.
Durante los años de crecimiento económico, la hostelería, el turismo o el comercio disfrutaron de crecimientos fuertes dentro de la economía de España. Sin embargo, la crisis sanitaria y económica derivada del covid-19 ha provocado un cambio, que posiblemente será temporal, pero que es cuanto menos curioso y revelador. Sectores que estaban estancados o mostraban una tendencia a la baja han liderado el crecimiento y la creación de empleo: la agricultura, la educación y la sanidad han sumado empleo y ganado peso en la economía.
Ya con los datos de PIB de 2020 prácticamente cerrados se puede ver cuál ha sido el comportamiento de cada sector en el cómputo del año a través del valor añadido, datos que publica el Instituto Nacional de Estadística y Eurostat. Cabe destacar la desigualdad con la que ha afectado la crisis a cada sector del tejido productivo. Desagregando la economía en diez ramas de actividad gruesas se observa que una de ellas creció con fuerza en 2020, en medio de la pandemia que hundió el PIB un 11%: la rama de "agricultura, ganadería, selvicultura y pesca" se expandió un 4,7%.
El trabajo en agricultura y ganadería se ha considerado fundamental durante la pandemia (no se ha visto afectado por los confinamientos), lo que, junto a un mayor consumo de alimentos de la población durante los periodos de confinamiento, y las interrupciones de ciertas cadenas de suministros exteriores, han permitido a la agricultura y la ganadería hacerse fuertes en medio de la crisis. Tanto es así, que esta rama de actividad representó un 3,4% del valor añadido (su peso en la economía), la cifra más alta desde 2004, más de quince años.
En euros, la agricultura, ganadería, selvicultura y pesca produjeron 35.196 millones en 2020, la cantidad más elevada desde que hay registros, algo normal porque la economía tiende a crecer y cada año la agricultura supone más millones, aunque pierda peso relativo en el conjunto de la economía española. En términos de empleo, la agricultura terminó el año con 1,152 millones de afiliados a la Seguridad Social, unos 7.000 más que un año antes.
La configuración del PIB de España en el año del covid-19 ha cambiado sustancialmente, ya sea por obligación (confinamientos y restricciones) o porque en los momentos más complicados se tiende a valorar lo que realmente es importante, impulsando el consumo de esos bienes y servicios: agricultura y ganadería, educación, sanidad y vivienda.
Fuente: elEconomista.es