El Gobierno apoya la edición genómica en agricultura.

13/05/2021
  • Código ADN

El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha señalado que está de acuerdo con que las nuevas técnicas de edición genómica y sus aplicaciones agrícolas pueden ser “herramientas útiles para contribuir a la sostenibilidad del sector agroalimentario”, tal y como postula la Comisión Europea. Duque ha hecho estas declaraciones en la inauguración del Simposio “Edición genómica de cultivos: más allá de la ciencia”, organizado, entre otros, por la plataforma tecnológica de biotecnología vegetal Biovegen, con el apoyo de la CEOE. El ministro, al hacer alusión al estudio que el pasado 29 de abril publicó la Comisión sobre la situación legal de las nuevas técnicas de edición genética, ha asegurado que es un “defensor de que el conocimiento científico más avanzado sea el que inspire las leyes y que la velocidad de esa transformación sea cuanto más alta mejor”.

Ha recordado que una sentencia del Tribunal de Justicia Europeo de 2018 determinó que las técnicas de edición genética debían regularse por la normativa de transgénicos u organismos modificados genéticamente (OMG), pero ha enfatizado que “el futuro de estas tecnologías en Europa aún no está decidido”. Duque ha afirmado que “en el sector agroalimentario será clave afrontar los desafíos” que surgen con los últimos avances en genómica, ya que es una actividad que “genera el 10 % del Producto Interior Bruto (PIB) y de la que depende más del 12 % del empleo en España”. Ha concretado que la industria agroalimentariaria es una de las fortalezas del país, no solo de volumen si no de altísimas tecnologías” y que, “para seguir siéndolo, como cualquier otra industria, es necesaria y capital su apuesta por la innovación con mayúscula (I+D+I)”.

“Por ese motivo -ha añadido- se entiende que haya una preocupación porque no se limite legalmente y de forma innecesaria la aplicación de tecnologías de edición genómica a la producción de nuevas variedades vegetales con valor para la sociedad y la economía”. A su juicio, hay que “mantener el equilibrio correcto entre la ciencia, la financiación suficiente y la aplicación de los descubrimientos obtenidos” y también entre “las infinitas posibilidades de una técnica científica nueva y las diversas limitaciones que ponen la ética y la ley”. Ha calificado la edición genómica como una “revolución científica que ya está cambiando la vida de los ciudadanos” que “llegará más allá de las aplicaciones agrarias”, aunque se ha hecho eco de que esta tecnología ya ha desatado “intensas polémicas, por algunas aplicaciones precipitadas en embriones humanos”. “En los próximos años habrá desafíos como el cambio climático y hay que ser capaz de dotar de normativas que permitan que el conocimiento más avanzado se utilice a su favor”, ha deseado. Ha insistido en que las técnicas de edición genómica “son herramientas útiles”, que “la legislación necesita adaptarse al progreso científico y tecnológico” y que hay que “abrir un debate público basado en datos que no sucumba al miedo a las innovaciones ni a las prisas por avanzar sin los controles necesarios”.

El simposio también ha contado con la participación de uno de los padres de la técnica de edición genética CRISPR (Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Interespaciadas, en sus siglas en inglés), el investigador Francis Mojica, de la Universidad de Alicante. Mojica ha hecho un repaso de lo qué es y en qué constiste el CRISPR, que permite “re-escribir el ADN de un ser vivo”, y ha augurado que en los próximos años se seguirá hablando de las prestaciones de la edición genética a la carta. Otros expertos, como el investigador del CSIC Lluis Montoliu, ha puesto varios ejemplos de sus aplicaciones en tomates, ya que su “enorme versatilidad” permite acelerar los retrocruzamientos que se producen en la naturaleza. Francisco Barro, también del CSIC, ha resaltado que a diferencia de las técnicas tradicionales de obtención de vegetales, el CRISPR consigue resultados en menos tiempo y con más precisión, como lo ha demostrado su investigación sobre trigo panificable apto para celiacos u otra del IVIA sobre arroz resistente al estrés hídrico. Otro ponente, el investigador Diego Orzáez (IBMCP), se ha mostrado convencido de que “la edición genética es una aliada de la sostenibilidad que busca el Pacto Verde europeo” y que su utilización en España puede “ofrecer oportunidades para la recuperación económica”. Orzáez también ha recordado ejemplos de aplicaciones de esta técnica en la agricultura como la adaptación de plantas a cultivos verticales de invernadero o urbano, o la domesticación de plantas silvestres locales que multipliquen su producción, tamaño o pigmentación.

Fuente: EFEAGRO

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