Muchos son los retos a los que nos vamos a tener que enfrentar en los años venideros en el sector agroalimentario. Según las proyecciones, la población mundial alcanzará en 2050 los 9000 millones de habitantes, un crecimiento que se concentrará en los actuales países en desarrollo, y que exigirá un esfuerzo notable en la producción de alimentos. Por otra parte, la despoblación de las zonas rurales sigue aconteciendo de una forma imparable, lo que conlleva una disminución de la fuerza de trabajo en las zonas de producción de alimentos, solamente contrarrestada por la mayor mecanización y las mejoras en la productividad. La globalización es un hecho que está afectando claramente al sector agrícola y, junto con el crecimiento económico y la movilidad de la población, está contribuyendo a cambios en los hábitos de consumo de alimentos. Además, los recursos naturales están sometidos a una presión sin precedentes derivada de las actividades humanas, y el cambio climático es una realidad que está produciendo la necesidad de llevar a cabo una adaptación al mismo, y en algunas ocasiones, catástrofes naturales que afectan con frecuencia a la producción agrícola. Estos son solo algunos retos globales para los que vamos a tener que buscar una solución en un futuro cercano, pero existe una multitud de retos locales que están esperando también que se afronten desde una perspectiva científica y un enfoque más cercano al territorio.

Muchas pueden ser las aproximaciones desde las que se intente contribuir a la mejora del sistema agropecuario y alimentario español, sujeto a todos los retos anteriormente expuestos, pero hay dos elementos que se han de considerar como claves para alcanzar realmente el objetivo de conseguir un sistema más eficaz, sostenible y moderno: la calidad y la innovación, y por ello desde esta Cátedra destinaremos todos nuestros esfuerzos a promover acciones y formación en ambos aspectos.

La Calidad, además de ser un valor intrínseco en sí mismo, ha de servir como elemento de diferenciación de nuestros sistemas y productos, pudiendo ir ligado, o no, al origen geográfico, y ha de tener como objetivo final la satisfacción de los consumidores basada en la excelencia de los productos y en la seguridad alimentaria.

Por su parte, la Innovación, como herramienta para satisfacer necesidades de los consumidores no cubiertas hasta el momento, es una actividad íntimamente ligada al progreso. En el sector agrario y alimentario todavía hay múltiples facetas en las que hay espacio para la innovación, tanto mediante la mejora y optimización de los procesos, como mediante la mejora de los productos desde sus diferentes vertientes nutricionales, funcionales, organolépticas, de envase y económicas. No hay que olvidar tampoco cómo desde la innovación se puede contribuir a la sostenibilidad y a la consecución del objetivo de conseguir un sistema más respetuoso con el medio ambiente.

Entre el conjunto de actividades que la Cátedra puede implementar durante su desarrollo. Destacan, entre otras, las siguientes:

• Organizar seminarios, conferencias, jornadas y cursos específicos sobre el ámbito de actuación de la Cátedra.
• Promover la creación de becas o premios, las prácticas de estudiantes, los trabajos final de carrera, la formación dual y las tesis doctorales sobre las temáticas propias de la Cátedra.
• Promover la transferencia de conocimiento científico y el asesoramiento en calidad, innovación y desarrollo de nuevas tecnologías, procesos y/o productos agrarios y alimentarios.
• Coordinar grupos de investigadores del ámbito definido por la Cátedra, con el objetivo de desarrollar proyectos multidisciplinares.
• Poner en contacto expertos y tecnologías adecuadas con los diferentes actores del sistema agroalimentario para la búsqueda de soluciones a problemas concretos en el ámbito agroalimentario.
• Generar o gestionar la redacción de informes de referencia sobre temáticas que afecten al ámbito objeto de la Cátedra.
• Convertirse en un foro cualificado de diagnóstico y emisión de opinión temática y estratégica sobre estos ámbitos.
• Promover la formación transversal continúa sobre agricultura, ganadería, alimentación, y, en general, sobre la producción de alimentos, y la calidad de vida vinculada al ámbito agroalimentario.